La brecha #cuento
EL SEGOVIANO ABRIÓ la botella y olió. Huele a anís. No, perfume, o colonia, pensó. David, de la capital castellana, con barba de chivo, biólogo molecular y aficionado a los brebajes, se sirvió un chupito. Levantó el vasito contra la luz y lo que vio fue el reflejo de su cara arrugada. Tengo que salir del laboratorio. Dos años pringando y nada. Se tocó una arruga donde antes había una cicatriz. Encima has crecido, hijaputa. No parece que vaya a descubrir la cura contra el cancer, le dijo al vasito que aún sostenía. Se frotó la arruga de la frente y se molestó más. Tanto laboratorio de mierda para nada. A ver si la china del herbolario tiene razón y esas endrinas pequinesas son lo mejor… Bebió el brebaje. Mierda, escupió. Necesitaré un plan de marketing muy bueno. Sintió como la arruga se hacía más profunda. Se le dobló una rodilla. Pero que mierda es esta. Se dobló la otra. Tendré que usar menta o epazote o cilantro; ya sé, ¡perejil!, pensó mientras intentaba agarrarse a algo, solo encontró aire. Cadera, hombro, cabeza, en ese orden tocó el suelo. Vio el vaso del chupito rodar, y vio caer unas gotas de sangre sobre los ojos. Puta arruga, por lo menos ahora eres brecha, dijo sin saber si estaba borracho o muerto.~
La brecha #cuento
La brecha #cuento EL SEGOVIANO ABRIÓ la botella y olió. Huele a anís. No, perfume, o colonia, pensó. David, de la capital castellana, con barba de chivo, biólogo molecular y aficionado a los brebajes, se sirvió un chupito. Levantó el vasito contra la luz y lo que vio fue el reflejo de su cara arrugada.…
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