En clave olímpica: Londres 2012 | blog vozed
Crónica (o algo así) de Humberto Bedolla en su visita a los Juegos Olimpicos Londres 2012. Primera semana.
LA CITA ES en Londres, con poco más de dos semanas de Juegos Olímpicos más otras dos de Paralímpicos, que ha hecho la inversión necesaria (las infraestructuras y edificios principales son espectaculares) para albergar las pruebas, a los deportistas y a los espectadores. Ésta cita olímpica hará que la ciudad se muestre al mundo; un escaparate de una ciudad atractiva, moderna y cara, y es que no existe en el mundo otro evento más seguido. Algunos, seguramente, pensaran que el Mundial de fútbol tiene más espectadores, no entraremos en batallas sobre cual es más y mejor, pues ambos representan la competencia, el negocio, el mercantilismo… y también la superación, la admiración y el esfuerzo. Sin embargo los juegos representan (o lo intentan) a la totalidad del deporte, y este está anclado en nuestro inconsciente antropológico como una actividad necesaria para la búsqueda de alimento y supervivencia de la especie a través del esfuerzo físico. Es este esfuerzo el que admiramos y el que veremos en estos próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Se espera y se hablará (como siempre en unas olimpiadas) de la admiración que nos supone ser testigos y ver a un hombre o una mujer llegar al límite de sus posibilidades para la búsqueda de una marca. «Citius, Altius, Fortius» (Más rápido, más alto, más fuerte) es el lema del movimiento olímpico, y este lema se convierte para los deportistas en su forma de vida, su objetivo… en una obsesión. También es nuestra admiración.
Para asistir a la cita como espectador y conseguir algunos boletos fue (y es) una odisea. Hace un año tuve que hacer todo un estudio para conocer los eventos, horarios, precios, distancias (que vayan a saber si hay trasporte, precios, conexiones, etc., en condiciones, se supone que sí). Me salió una agenda con más de 20 eventos entre el primer y décimo día de competición, es decir casi 3.000 libras (3.736 euros o 4.701 dólares), una locura. La estrella eran todas las finales de natación. Organicé el viaje para estar en ellas, la primera semana de competencias. Esperé a un sorteo, donde creía que me darían muchos boletos porque iba a gastar un montón de dinero, y esperé y esperé. Y todo para que solo me tocaran (parece que el sorteo era tal) boletos para volleyball mujeres: 3 días en las rondas eliminatorias. «No esta mal», pensé. En realidad me conformaba con lo que fuera que había elegido, aunque quería más. Después de muchas repescas, de buscar boletos en la página oficial (web inservible y completamente anti-intuitiva), de bucear por las páginas de los comités nacionales, de pedir a mis amigos en Londres que se pusieran listos, etc., solo pude conseguir boletos ―a un precio razonable claro está― para el fútbol en Wembley, sin saber quienes jugaban. Los futboleros dicen que no importa el partido, que basta con pisar la catedral del fútbol mundial. Yo sinceramente esperaba algún equipo con el que por lo menos pueda sentirme identificado. Salió Korea del Sur vs. Gabon (1º de agosto, 17:00. En el mismo grupo a esa misma hora, juega México vs. Suiza en Cardiff), y me tiré de los pelos. «Fútbol… en el mundial muy bien, pero es, en realidad, el único deporte que desprecia los juegos», pienso. Todos los otros deportes tienen como mayor gloría ganar una medalla olímpica, menos el fútbol. En fin… no fue porque no buscara. Seis meses después, es decir, hace seis meses, volví a mirar el sitio de ventas de las entradas, no es que sea vital pero estaría muy bien seguir a algún compatriota (habrá más de 100 mexicanos en competencias) en directo, ¿de las finales de natación?, nada. La verdad es que todavía no me he resignado, a unos días del inicio de los Juegos yo sigo buscando entradas, pero hasta el momento, igual, nada. Espero no tener que cargarme a alguien para conseguirlos.
Llegaré a Londres un día antes de la ceremonia de inauguración, otra locura. Esa noche, la del día anterior a la ceremonia, será, sin lugar a dudas, la de más transito en cualquier aeropuerto del mundo en este año. La inauguración, seguramente, será larga, por momentos aburrida y en otros, espectacular. Y estarán las pruebas, los deportistas ―héroes modernos, herederos directos de los aquellos atletas que compitieron en la antigua Olimpia―. Veremos la lucha entre el mejor deportista que han dado los juegos con sus 14 oros entre Atenas 2004 y Pekín 2008: Michael Phelps, quien se las verá con Ryan Lochte (entre otros) que ya lo derrotó en los trials de Omaha (EE.UU). El de Baltimore ya ha dicho que va «solo» por siete pruebas. ¡¿Solo?! También veremos a Usain Bolt, otro monstruo que inesperadamente ha perdido dos pruebas a un mes del inicio de los Juegos, ―serán ellos dos los que acaparen la atención y quienes realmente dominan sobre el resto―. Estarán los africanos en la media y larga distancia. Habrá testimonios de la superación y el esfuerzo de muchos otros. Veremos que tal las chicas de volleyball (evento para el que tengo entradas). Habrá noticias de grandes estrellas en el equipo de de los EE.UU de basketball, los chinos dominando la gimnasia y los clavados. Y montón de deportes de los que, para la mayoría, solo hablamos de vez en cuando: esgrima, vela, tiro, judo, boccia, … ¿México en qué tiene posibilidades? Posibilidades pocas, pero (casi) siempre hay digna representación en box, marcha y clavados; luego las estrellas fugaces: aquellos que salen a base de constancia y esfuerzo individual (sin una estructura que realmente los ayude). Hablaremos de Oscar Pistorius, quien, finalmente, ira a los Juegos Paralímpicos (en dos pruebas, en la carrera de 400 metros y en los relevos del 4×400). La participación de Pistorius será el inicio de un largo debate: ¿se beneficia o no de sus prótesis?, pero, sin duda, los comités [deportivos] y la sociedad no pueden penalizar su participación. Pistorius, por lo pronto, se convertirá en portavoz de personas con discapacidad y será un referente de normalización e inclusión; abre así un nuevo camino y facilita que los juegos sean aun más incluyentes.
A parte de la agenda deportiva está la social. Con varios amigos en Londres: el galés, una pareja de argentinos,… los amigos de los amigos, unos americanos desde Chicago, y los que salgan por ahí (que de momento ingleses, nada). Ya tenemos programadas unas visitas (sí, varias) a un restaurante con fama para la hora del té (algo un tanto snob, es decir, muy british). Estarán los pubs con sus litros de cerveza, las discotecas son ese sonido tan ingles y el punk. Y estará el ambiente: las banderas y camisetas de los distintos países, los colores, los aficionados de todo el mundo, los periodistas haciendo un reportaje. También la lluvia de Londres, los records, los fallos, el control antidoping y el doping sin más; eliminatorias y finales. Y estará la euforia.
De nuevo el evento más seguido en el mundo: unos Juegos Olímpicos. Esta vez, es Londres 2012 y por fin, ¡yo estaré ahí!~
Originalmente publicado en el blog de vozed.
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