Lavapies, Madrid. Abril 2024


El pueblo de Lavapies, en pleno centro de Madrid, tiene unas calles con edificios de colorines. Son preciosos. Y me he dado cuenta que siempre acabo volviendo una y otra vez a esas calles. Es en calle Olivar donde hay un farol y donde se cumple el dicho de mi madre. Ella siempre decía: farol de la calle, oscuridad de tu casa. Y yo pensaba, si pongo el farol cerca donde me gustaría vivir, todo resuelto. Así que, además de los colorines y las calles empedradas, hay un farol que ejerce un magnetismo imposible de resistir. Marca, cómo el águila devorando la serpiente, el lugar donde habría de asentarse. Supongo que algún día la profecía se cumplirá y secaremos el lago y joderemos el entorno y haremos un hogar donde ahora hay un zulo.