#CoreClassic. Gimnasia olímpica en Chicago

Sábado, chicas. Domingo, chicos. El domingo hay más chicos en las gradas, pero nada que ver con las chicas. Menos de la mitad de ayer. Tampoco hay cámaras de televisión. Ni hay medallistas olímpicos. Solo equipos locales. Las chicas son más refinadas, más fluidas, no solo fuerza, también flexibilidad y elegancia. Los chicos fuerza y control. Más gritos desde las entrañas. También más colégielo entre bastidores. Más granos. Menos desarrollo.
La gimnasia de chicos es local, por mucho que sea un nacional. Han pasado dos horas y ahora solo hay una décima parte de las tribunas, y aún quedan dos horas más y toda la segunda sesión. A las cuatro horas solo quedamos las madres, y yo. Los pequeños, con móviles. Los padres, comiendo. Y las madres ven a sus gárrulos volar por los aires y se acongojan. Y yo los veo caer -tremendo costalazo- y me rio. Ay, los americanos. Espérate a que leguen los excomunistas. Espérate.