Jamaica. 8 días Una isla en el Caribe

Jamaica 1/8 #islandTrip

Aterrizamos en otra isla caribeña. No sé si bonita, pero caribeña. La aduana, con largas colas de gente sudorosa. Ventiladores a velocidad lenta.

Yo ya iba lento, y mal. Lento por el sueño. Nos levantamos a las 3:30 de la noche, en coche hasta el aeropuerto, fila para que validen los pasaportes y a sufrir porque el sistema no funciona. Low cost, se llaman. Mal. En el avión, y a sufrir porque no entro. Mal. Aterrizamos y el wifi para el sistema de migración de Jamaica no funciona. Mal. Por razones que aún no entiendo pero que asumo con estoicismo, tuve que hacer dos veces la fila y tres veces el formulario de migración. Por supuesto, Ara pasó a la primera. También hubo preguntas redundantes, de esas que he tenido que contestar en el JFK, Londres o Melbourne, que no son caribeñas pero si bananeras. He contestado cuatro veces que vengo una semana de vacaciones. No, no conozco a nadie. Y si soy sincero, no tengo ni idea de que hacemos acá. Nada parece extraordinario, nada salvo el reggae y la historia del concierto One Love Peace, en un ya lejano 1978.

Por fin salimos de migración, pero no del aeropuerto. Más controles. Revisan la revisión el F5, el que rellené tres veces, ¿qué versión le doy? El coche de alquiler supuso una hora de videos. Parece que está la práctica de cargarte cualquier mínimo rayón, exista o no; así que mejor sacar videos de una hora grabando todo, consejo del propio trabajador de la agencia. Conducen por la izquierda, y solo veo cemento, no palmeras. También oigo a A gritar y taparse los ojos. Si que te tienes confianza, me dice asustada, has pasado por entre dos en un espacio físicamente imposible. Mi confianza dobla el espacio tiempo cuando se conduce por la izquierda, en paralelo a el Caribe pienso contestar. Solo le digo que quiero llegar al hotel, ponerme una camisa de flores caribeñas y beber cerveza. Mal. Solo llueve. Mal. Todo es cemento, caos, charcos que quedan en tus piernas cuando los coches pasan y te riegan por ser de los pocos que camina. Mal. Jamaica, otra isla de el Caribe.

 

#IslandTrip (2/8). Visitar los acantilados de Negril.

 

Jamaica 3/8 #IslandTrip 

Hay en la playa de Negril, Jamaica, chiringuitos buenos, que acompañan muy bien a la “calma caribeña”. Nos fuimos a buscar la famosa langosta local; y encontramos un lugar con dos tablas, una nevera y asadores hechos de barriles de gasolina y ruedas. Y estaba buenísimo. Luego vimos que el lugar, completamente callejero, tiene casi un 5 de cientos de personas.

El chiringo solo aceptaba cash o PayPal, y nosotros solo llevábamos la tarjeta. Buscamos y rebuscamos y solo teníamos lo justo: una langosta y dos cervezas. Lo dijimos con miedo. Los cocineros tenían una pinta de pandilleros que Arancha estaba por escribir un caso de existo de reinserción laboral después de prisión.

Nos sentaron a compartir mesa con una familia de americanos de Florida. Y después de casi una hora llegó la langosta. La madre americana estaba tan contenta que quiso celebrar pidiendo un té.

—¿Un te? —preguntó el cocinero pandillero y chimuelo. Larguirucho como Monster Adams.
—Sí, claro —contestó ella.
—¿Un té?
—Sí. Pero ¿de qué va ser un té en Jamaica?

Y todos fluimos y cantamos y bailamos comiendo langosta a las brazas. Unos Red Stripe y otros té.

#TheAdventureOfTheFood

 

Jamaica (4/8) #islandTrip

Nos vamos a bucear, le dije.
Mmm. He leído que no es tan bonito. ¿Es muy profundo?, preguntó.
Nooo. Sabes que para ver coral no se va muy profundo.
No sé, dijo.
¿No sabes qué? Vamos a bucear. Mañana hay que madrugar mucho: 8:30 am. Está pagado.
Oye, este jamaicano está enojado ¿no? Yo pensaba que todos eran simpáticos, dijo A. mientras el tipo le ponía 5 kilos de peso sin mediar palabra.
Será que esta harto, dije sin prestar atención. Luego el tipo, algo así como King Kong con tanga me miró, me puso 6 kilos a mí, me dio unas aletas, y el neopreno sin apenas sonreír.
¿A este ya le pagaste?
Sí. Creo que sí. BTW, I need a mask. Ey, ey, eyyyyy!
A. respingó. No has pagado.

Fueron dos inmersiones, 18 metros las dos y había coral, caracoles, rayas, snippers, langostas, centollos y camarones araña, culebras y una morenita. También había un King Kong con neopreno pero tanga debajo que no nos hablaba y nadaba huyendo de nosotros.

 

Jamaica devota 5/8 #islandTrip

¿Te puedes creer?, advierte A. Es la sexta vez que vienen los canadienses a Jamaica.
Yo chasqueo la lengua: ¿Seis veces?
Sí. El suizo, cuatro, las de NY, otras cuatro o cinco. Y la pareja esa de mayores, tres.
Pues no lo entiendo, digo indignado. No es mucho mejor Caribe que México o Costa Rica. De hecho es más rústico.
¿Será la comida?, pregunta A. confundida.
Mmm, digo. La comida bien… y hay vendedores en la playa. ¿Será eso? No sé, en México te venden lo que sea con chile: fruta, agua, cerveza,… acá son langostas y las palmas  esas.
Si, eso de las palmas es raro, dice A. por lo bajito. ¿Será el inglés? ¿Se entienden mejor con el inglés en la isla?
No jodas. Nadie entiende ese inglés, casi grito indignado.
Mira, señala A. a un tipo que ha pasado cinco veces en tres horas. Ahí va ese con sus palmas.
Y ahí van todos atrás de él, digo sorprendido. El suizo, los canadienses, las de NY, la pareja mayor.
Todos iban felices, en una letanía monótona pero casi sincronizada. Sonreían. Se movían con cierta cadencia, como una procesión en Sevilla. Rojos por el sol. No había latigazos pero si caían de rodillas, besaban la arena y se levantaban. Y pedían milagros a las palmas.
¿Cómo si con la palma esa vieras a la virgen? Ah, pero eso sí, la familia que está atrás de mí, desde que llegaron están bien pachecos. Ya hasta yo estoy bien fumado a su lado.
H, ¿cómo son los cogollos de la maría?
En eso, la familia pacheca siguió al de las palmas en la misma letanía casi sincronizada.

 

Jamaica 6/8 #IslandAdventure Otra bonita barca en el mar (Negril).

 

La otra Jamaica 7/8 #islandTrip

Quisimos, como siempre, salirnos del circuito turístico. Vamos allá, dónde están los locales, decimos siempre. Y esta vez no sería menos.

Al inicio, antes de viajar, me costó mucho saber qué puede ser Jamaica más allá de las playas, el reggae y algunos ojos de agua por varios lugares de la isla. El resto un café-bar con alcohol barato, alguna casa de la colonia o la casa museo de Bob, pero poco más. No hay cultura, buen rollo o pueblos bonitos en plan “me quedaría a vivir acá”

Llegar de Montego Bay a Negril fueron 90 minutos en una carretera mala. Al volver fueron 6 horas por una carretera aún peor. En medio páramos en unas pequeñas cascadas donde se podía nadar: Mayfield Falls. Antes tuvimos que pasar por Savanna la Mar, el pueblo más grande de todo el sur-este, donde la gente de la zona se surte. Y al volver también, porque el agua se había llevado un puente y mejor volver por donde hay “asfalto” que por dónde no hay nada.  Total, que salirse de lo turístico fue todo el día sufriendo por no caer en un bache que nos hiciera pagar 1000 USD del depósito del coche de alquiler.

Lo de la carreteras es un decir. Hay más hoyos que la luna. Terrible. Motivo por el que 70 kms fueron 6 horas. En uno de ellos dejamos caer una piedra, y a estas alturas sigue cayendo.

La Jamaica rural es un desafío. No hay asfalto en las carreteras, los pueblos de la sierra son de madera, o si acaso, alguna casa de cemento sin pintar. Los servicios son caros, y la gente seca. La salva el Caribe, como a todos. Y una simulación de una botas firmadas por Usain Bolt, dios, a secas. (Aunque, recordemos que hay una Santísima Trinidad). Una simulación porque hay un restaurante con unas botas que alguien compró, otro firmó y que pusieron junto a una impresión de ese gran 9,69. Pero Él no tuvo nada que ver. O sí. Cómo buen dios que se precie, es omnipresente, ¿o no? Esto es la otra Jamaica. #JamaicaVibes

 

Jamaica 8/8 Nos despedimos, con reggae y Red Stripe. ¿Cómo fue la aventura en la isla? Espero sus comentarios.
Hasta la próxima. #IslandTrip #1año1mundo1vuelta ~